Casos de éxito de Farmacias MIa & Crea Ágil

✔️ Inició en 1990 su historia en la ciudad de Huaquillas, Ecuador.

✔️ Cuenta con más de 57 puntos de venta en el sur del Ecuador, atendiendo a 10 millones de clientes al año con un portafolio de 14.000 productos enfocados en salud y bienestar.

Caso de éxito Farmacias Mia

A lo largo de cinco años de trabajo conjunto, Farmacia Mía, una consolidada cadena farmacéutica ecuatoriana, protagonizó una evolución organizacional silenciosa pero significativa. Lo que comenzó como un vínculo de colaboración puntual, maduró en una alianza estratégica basada en confianza, continuidad y propósito compartido.

Este trayecto no se trató de corregir lo que no funcionaba, sino de amplificar lo que ya tenía valor: fortalecer la estructura interna, profesionalizar la toma de decisiones, y expandir la visión con coherencia. Hoy, Farmacia Mía es un ejemplo de cómo una organización puede crecer desde su esencia sin renunciar a su identidad.

¿Cuál fue nuestro reto?

Farmacia Mía no partía del caos. Al contrario, contaba con una operación sólida, liderazgo comprometido y una fuerte conexión con su comunidad. Sin embargo, el crecimiento continuo comenzó a tensionar su estructura:

  • Las decisiones estratégicas dependían de personas clave.

  • No había visibilidad transversal sobre los proyectos.

  • El modelo de negocio no estaba adaptado para una expansión ordenada.

El equipo directivo tenía claro que necesitaban avanzar hacia un modelo organizacional más robusto, que les permitiera pensar a largo plazo, operar con foco y escalar con orden. Así comenzó este camino de evolución estratégica, acompañado de forma sostenida por más de cinco años.

🔖 Resultados obtenidos: de una empresa eficiente a una organización con dirección

Cada objetivo trazado tuvo un propósito común: pasar de una ejecución eficiente a una dirección estratégica con visión sistémica, alineada al propósito, sostenida en el tiempo y preparada para escalar.

A continuación, desglosamos algunos de los hitos alcanzados:

Identidad empresarial alineada

Se definió un propósito claro y movilizador, que conecta el negocio con la comunidad. Los valores se transformaron en principios organizacionales que guían la toma de decisiones diarias, y la misión se convirtió en una brújula operativa, integrando a los equipos en torno a un horizonte compartido.

Modelo de negocio y visión estructurada

Se diseñaron tres horizontes de visión con estrategias progresivas. Esta hoja de ruta estratégica le permite hoy a la empresa sostener la operación mientras proyecta su futuro en expansión.

Estrategia viva y dirigida por el valor

La estrategia es un sistema vivo. Se implementaron OKRs como mecanismo de enfoque y medición. El comité directivo se consolidó como un espacio de decisiones basadas en evidencia, y se instauró una lógica cíclica de planificación y ejecución, adaptativa y orientada al valor.

Cultura de agilidad y aprendizaje continuo

Se incorporaron prácticas ágiles de forma transversal, incluyendo ceremonias como sprints, retroalimentaciones y planificaciones periódicas. Se crearon espacios para presentar resultados con confianza, fortalecer la toma de decisiones y consolidar el liderazgo interno. Todo esto impulsó una cultura de mejora continua y responsabilidad compartida.

Ejecución profesionalizada y gobernada

Los proyectos avanzan con orden y trazabilidad. Los equipos operan en escuadrones multidisciplinarios y cada integrante entiende cómo su rol contribuye al todo. La Oficina de Valor no solo articula las prioridades, sino que habilita una ejecución colaborativa, donde la gobernanza no significa control, sino conexión entre áreas, propósitos y resultados.

Continuidad estratégica en contextos complejos

En un momento clave para su evolución, Farmacia Mía sostuvo su estrategia sin interrumpir su operación. La estructura organizacional permitió que, incluso en un contexto exigente, las prioridades siguieran avanzando con orden, y los equipos mantuvieran el foco. La cultura actuó como soporte, no como obstáculo.

Farmacia Mía es hoy una organización más enfocada, estructurada y coherente con su visión de largo plazo. El proceso vivido no fue una intervención externa, sino un recorrido conjunto que fortaleció lo que ya existía: un liderazgo comprometido, una operación funcional y una cultura con propósito.

A lo largo de este tiempo, la empresa integró nuevas capacidades, consolidó su arquitectura estratégica y profesionalizó su gestión sin perder su identidad. Cada paso dado respondió a su ritmo, sus necesidades y su contexto real.

📍Este caso no se trataba de cambiar lo que estaba mal, sino de ampliar lo que ya funcionaba. De llevarlo a otro nivel. 

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